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miércoles, 21 de noviembre de 2012

“CUANDO YA NO QUEDE SITIO EN EL INFIERNO LOS MUERTOS CAMINARAN POR LA TIERRA”



Hola a tod@s,

Como hace poco se ha estrenado la nueva temporada de The Walking Dead, fue el festival de Sitges y también Halloween, me gustaría hablar del subgénero de terror zombi, que ahora tranquilamente podría decirse que se ha convertido en un género por sí solo. 

Es curioso como la palabra zombie ha creado una imagen aterradora que ahora se utiliza bastante en diferentes tipos de relatos. Obviamente si lo piensas es normal. Los zombis se derivan de su condición sobrenatural y conducta hostil: Lo que antes eran seres humanos (familia, amigos, conocidos, padres, hijos e hijas) ahora se avalancha sobre nosotros, levantándose de la muerte, con la necesidad más primaria: alimentarse, teniendo en cuenta que su mordedura es infecciosa, convirtiéndote también en muerto viviente. Y la única manera de acabar con ellos es con un disparo en la cabeza, cercenársela con un hacha o un martillazo en el cráneo.


Está claro que en la actualidad que vivimos el subgénero zombi ha creado, de alguna manera, su propia sociedad: amenazando a nuestra sociedad humana. Y todo esto gracias a George A. Romero, dejando de banda cualquier cosa cultural o de religión relacionada con zombis, con La noche de los muertos vivientes (1968) que fue el inicio de todo, hasta los ya cadáveres corredores, más bien infectados, de 28 días después (2002) de Danny Boyle.

Lo que quiero explicar es como los zombis han pasado de ser una amenaza putrefacta andante, a cada vez algo más hasta acabar en una especie de sociedad alternativa a la humana, mostrado en un número ya muy considerable de películas (sin hablar de los cómics, literatura y, sobre todo, videojuegos). Pero, todo este tiene raíz en Romero que fue el pilar clave en la perspectiva “social” zombi. 

Todo esto tiene sus etapas, dónde yo veo dibujadas tres niveles perfectamente: primero, las películas, por cortesía de Romero; donde se han ido formado la bases, por aquel entonces del subgénero de cine B, y habiendo miles de versiones, segundo, los videojuegos, inaugurando por completo el género survival horror con Resident Evil;  de esta manera entrando aún más en la cultura pop y estableciendo definitivamente los zombis por infecciones víricas y por último, los cómics, The walking dead; que han ayudado a entrar más aún los zombis en la cultura y creando su propio género y sociedad (sobre todo gracias a la adaptación del cómic a la pantalla doméstica). 

Más o menos, para mí, esas son las bases que han construido la sociedad zombi. Ahora, vayamos paso a paso.

En los inicios del cine zombi, todavía no se había formado para anda dicha sociedad, ni tampoco los muertos vivientes como los conocemos ahora: devoradores de carne humana (o de nuestro cerebro), y la infección mediante su mordisco. En su nacimiento, la creación de los zombis tenía lugar como consecuencia de prácticas vudú, magia negra o hechicería, convirtiendo a los zombis en esclavos al servicio de los humanaos: como sucedía en el film de Victor Halperin, La legión de los hombres sin alma, en 1932 con Bela Lugosi como protagonista y dueño de los zombis. 


En este film utilizan a los zombis como mano de obra haciéndoles trabajar día y noche, sin detenerse para comer, sin salario ni derechos laborales, están muertos y carecen de todos estos privilegios. Hay que recordar que el canibalismo se introdujo mucho más adelante. Esto culmina con el alzamiento de los esclavos matando a su dueño. Pocos años después se hizo la secuela, La rebelión de los zombies (1936), haciendo énfasis en la revuelta de los muertos contra los vivos.

Este tipo de zombis, esclavos carentes de autonomía, se volvería a tratar más adelante pero con matices más políticos por Wes Craven en La serpientey el arco iris (1988), en la cual también recrea con fidelidad el proceso de zombificación practicados en Haití.

Hay que remarcar también la influencia de Frankenstein, en el mediometraje protagoniza por Boris Karloff, The Walking Dead (1936). Aquí aparecen los primeros zombis llevados a la vida de manera científica. 


Más matices se le fueron introduciendo a los zombis como en Yo anduve con un zombie (1943) de Jacques Tourneur: construyo un relato fantástico de amor lírico usando el tema de los muertos vivientes como contrapunto al más estilo amour fou. En 1957 se reforzó el tema de invulnerabilidad de los zombis como seres muertos que no precisan respirar convirtiéndolos en subacuáticos en Zombies of Mora Tau. Este hecho se repetiría con frecuencia en films como Le lac des morts vivants (1981), también utilizado por Romero en La tierra de los Muertos Vivientes (2005) y por Paul W.S. Anderson en Resident Evil: Venganza (2012).


Durante los años cuarenta y cincuenta se forjaron las raíces, unos seres alejados de cualquier realidad empírica con temas como el vudú y la magia negra. Para esta época los zombis ya se consideraban una amenaza lenta pero implacable, unas criaturas invulnerables con solo la posibilidad de detenerlos con la destrucción del cerebro. Aquí ya se erguía los principios de un modelo alternativo de sociedad de la civilización humana. 

De los esclavos siniestros pasamos a la nueva humanidad, a los pilares de la perspectiva social del cine zombie creado por George A. Romero. Con su saga, Romero, empezó a dibujar el hundimiento de la sociedad humana hasta la conquista por los muertos vivientes de la tierra, ganándose su lugar en el mundo. Una guerra entre el mundo de los vivos y el de los muertos, una guerra contra la ciencia y las fuerzas sobrenaturales (un tema ya tratado multitud de veces). En estos films elimina cualquier tipo de magia y otorga la vida de los muertos a la radiación, a algo más científico, y enfatiza en la infección por mordisco y el canibalismo, ya mítico en los zombis.

La noche de los muertos vivientes (1968) empezaba a dibujar el desmoronamiento de la civilización y las bases de la sociedad zombi con detalles y pequeñas ideas durante todo el metraje. Por ejemplo, la película empezaba dónde termina la vida humana, un cementerio. La casa dónde se desarrolla la cinta también es uno de los puntos clave; se convierte en otra cosa: en un lugar fuera de toda vida doméstica normal: hay que tapiar ventanas y puertas, quemar sillones y otros objetos para la defensa personal, etc. Se convierte en todo un bastión de defensa contra los seres que acechan la casa para obtener su comida. Obviamente, esto ahora es muy común y tan típico que no obtiene la misma importancia, pero hay que tener en cuenta que fue la primera película en tratar este tema. 

También hay que destacar que fue la película más bestia, cruel, violenta y gore que se había hecho por aquel entonces, aunque ahora parece un poco sosa. Cuando la vi por primera vez sentí asco, pero un no asco de rechazo hacia el film, sino una sensación de anguina con los seres putrefactos, hecho que ningún otro film ha conseguido.



En esta película todo se ve provocado por la caída de un satélite a la tierra que por su radiación hace que los cuerpos muertos cobren vida y hagan que se levanten de su tumba, solo con el instinto más básico, el de alimentarse.

Al final del film las muertes tienen una importancia muy simbólica, Barbara morirá a manos (o bocados) de su hermano zombi, y Helen por su hija zombi Karen. Sin olvidar la muerte de Ben, único superviviente en la estancia en la casa durante la noche, asesinado por los policías al confundirlo con un zombi y quemado junto a los muertos. La cinta concluye con una hoguera dónde se queman todos los cuerpos de los zombis que van cazando. El fuego es tratado como símbolo purificador como se hacía en la edad medieval para destruir todo tipo de hechicería satánica, dando a entender la desvinculación de los zombis con la magia negra. De este modo, tenemos el alejamiento definitivo de los muertos vivientes de su antiguo rol como esclavos de los humanos y  de su propia reinvención empezando su lenta pero contundente conquista del mundo.



A paso lento pero seguro, continuaba la invasión zombi proporcionada por Romero en Zombi: el amanecer de los muertos vivientes (1978). Estamos en el punto en que la epidemia avanza e invade las ciudades sembrando el caos. Las fuerzas militares y los SWAT intentan contener la invasión, pero es imposible. La mayoría de los supervivientes huyen a refugios militares, pero  un pequeño grupo no lo consigue y se atrincheran en un centro comercial. 


El centro comercial es símbolo del peligro, en el primer film la invasión empezaba, por lo tanto, el refugio era pequeño: una casa. Esta vez, la invasión es más grande, por lo tanto el refugio es también más grande y con más probabilidades de peligro. El centro comercial también se convierte en una parodia de la condición humana, y una crítica de nuestra condición de la sociedad, con zombis andando idiotizados por las tiendas. Así, de esta manera, convierte a los zombis en el símbolo negativo de los seres humanos. Aquí vemos como los zombis se ven convertidos en una especie de familia, siempre actúan colectivamente, aunque alguna vez encontramos uno solo deambulando por ahí.

El proceso de conquista del mundo se vería concluido en 1985 con El día delos muertos. Los zombis se han apoderado del planeta, y el número de humanos queda reducido a pequeños grupos de personas en refugios bajo tierra. El film se centra en un grupo de humanos confinados en una base militar subterránea en que intentan estudiar los muertos vivientes para encontrar su punto débil y acabar con ellos.


Aquí llegamos perfectamente a la oposición del ejército zombi y al del ejército humano (este básicamente convertido casi en la despensa de los no-muertos). La sociedad zombi se está acabando de perfilar completamente.

En el film nos demuestran también como los humanos intentan domesticar a un zombi con la finalidad de llegar a humanizarlo (hecho que veremos repetido en Resident Evil 3: Extinción (2007)). Este es el caso de Bub un muerto viviente prisionero de los militares que acabará asimilado los valores negativos de los humanos, simbolizado por las armas de fuego. De esta manera nos demuestra que los humanos somos y seremos siempre la oposición débil y estamos condenados a perder contra los zombis.  



Con La tierra de los muertos vivientes (2005) tenemos la visión más completa de la sociedad zombi dónde la línea que separa a los humanos de los muertos vivientes es completamente borrosa. Los zombis se han adueñado del mundo y el último grupo de humanos que queda con vida consigue sobrevivir en una ciudad amurallada aparentemente fuera de peligro.

Aquí vemos la dualidad que formaban los otros films completamente definida: el mundo de los zombis, que viven a su manera en paz en busca de comida, y el mundo de los humanos, que viven gobernados por el crimen, la corrupción y la violencia en busca de comida. Básicamente los verdaderos monstruos acaban siendo los humanos.

Al parecer se consigue vivir en harmonía con los zombis, cada uno en su mundo. Pero todo cambiará cuando un ataque por los humanos a un pueblo zombi en busca de comida, invadiendo su territorio, matándolos de manera “indiscriminada”. Así pues Big Daddy, que parece ser el líder, un zombi “mentalmente” más evolucionado que los demás, empieza un ataque colectivo a gran escala contra los humanos movido por otro valor negativo de la raza humana: la venganza. En un mundo donde todos fingen seguir vivos, los zombis han acabado ganándose su propio lugar y a los humanos no les queda más remedio que para sobrevivir tengan que deambular a lugares dónde no estén los muertos vivientes (hecho que ya se utiliza de forma recurrente en películas como 28 días después (2002), Resident Evil 3:Extinción (2007) o cómics como The Walking Dead (2003)).



En todos estos años George A. Romero se convirtió en el creador y todo un referente del género zombie y de su sociedad. Influenció a multitud de directores y artistas de todo tipo. Pero está claro que otras películas ayudaron a terminar de cuajar el término de esta nueva sociedad, antes de llegar a ser considerado un género propio.

Así pues, durante los años setenta y ochenta las salas se vieron inundadas de películas de zombis que ayudaran a expandir su subgénero de serie B por todo el mundo y ampliando sus características y escenas gores. Desde Nueva York bajo el terror de los zombis (1979), dónde hay una escena de un zombi peleando con un tiburón, muertos vivientes de origen nazi en Shock Waves (1977) y la primera película de zombis corredores con La invasión de los zombies atómicos (1980).

Este boom hizo que se re-interpretaran las películas de Romero como El regreso de los muertos vivientes 1 (1985) y 2 (1988) e influenciara al género de terror como la franquicia de Evil Dead de Sam Raimi, pues en esta saga los monstruos no son zombis, pero se les parecen. Durante esta época se hicieron películas de zombis sin parar: No profanar el sueño de los muertos (1974), Virus: Exterminio (1980), Miedo en la ciudad de los muertos vivientes (1980), El más allá (1981), Re-Animator (1985), El cementerio viviente (1989), etc. Durante esta época se experimentó sin parar, otorgando a los zombis nuevas cualidades y diferentes origines, ya muy tópicos ahora, como radiaciones nucleares emitidas por satélites, experimentos científicos, puertas del más allá de origen diabólico, por un virus bacteriológico que se libera accidentalmente, monstruos, o simplemente nos encontramos de golpe con un zombi, sin saber de dónde viene ni como ha pasado (tema muy recurrente actualmente).


Durante los ochenta también se puso de moda buscarle la sonrisa a los zombis, pero el pionero en utilizar los muertos vivientes fue Bob Clarck en 1973 con Children shouldn’t play with dead things. Este film fue el iniciador de parodiar el subgénero. Como he comentado, cuando el cine dejo de incluir a los zombis haitianos y se decantó más por estilo de Romero las películas tuvieron un éxito mucho más afortunado con películas como El terror llama a su puerta (1986) incluyendo un gore pasado de vueltas que inauguraría el subgénero splatstick. Esto influenciaría al estilo de Terroríficamente muertos (1987), la continuación de Evil Dead (1981) y enfocaría el nuevo recorrido de la saga, El ejército de las tinieblas (1992). Y, también, se utilizaría recurrentemente este tipo de subgénero hasta ahora.


Con esto tenemos los primeros grandes pasos de los zombis. Pero creo que fue en los noventa, con la entrada de los zombis en los videojuegos de forma sólida fue lo que les hizo entrar del todo en la cultura popular. Y esto fue con la gran saga de CAPCOM Resident Evil. Pero antes de entrar en los videojuegos, quiero remarcar que las películas de zombis tuvieron un ligero bajón en los noventa, destacando títulos como BrainDaed: Tu madre se ha comido a mi perro (1992) de Peter Jackson y El diablo metió la mano (1999), ambas comedias muy interesantes. En esta época se hicieron continuaciones de pelis de los ochenta como Cementerio viviente 2 (1992) y El regreso de los muertos vivientes 3 (1993), solo vale la pena destacar el correcto remake de La noche de los muertos vivientes (1990) por Tom Savini.

Sobre los mediados de los noventa este género invadió los videojuegos creando al 100% el survival horror, pues ya tuvo sus inicios con Alone in The Dark (1992) y SweetHome (1989). No me quiero expandir mucho en este tema, porque podría ser un sinfín… Ya lo haré más adelante en el blog de videojuegos Enjoy The Game (que por cierto… debería actualizar ya, hace meses que no lo hago). Hay que destacar juegos que trataron el tema zombi con diferente perspectiva: uno en 3D como shooter, Wolfenstein 3D, en 1992 y otro más de acción en 2D por la compañía LucasArts, Los zombies se comieron a mis vecinos, en 1993.

En 1996 llegó para la videoconsola Play Station el juego Resident Evil.

El juego cogió lo básica de la saga de Romero: la angustia de enemigo que te atacan sin parar, el hecho de atrincherarte donde sea y con poca munición. Este juego triunfo pro hecho de la supervivencia y la investigación cogiendo a los zombis como enemigos, para explicarnos uno historia que deba mucho de lo que parecía: una corporación privada, Umbrella, intenta crear al perfecto guerrero, un soldado que jamás puede caer en el campo de batalla mediante armas bioquímicas: un virus, el T-Virus.

Las tres primeras entregas, Resident Evil (1996), Resident Evil 2 (1998) y Resident Evil: Nemesis (1999), son las mejores de la saga y cumplen al 100% con el esquema de Romero (aunque luego también salgan monstruos y mutaciones asquerosas).

Siguiendo la propagación que utiliza Romero, el primer jugo nos explicaba el inicio de la invasión en una mansión apartada de la ciudad, donde descubriríamos una verdad terrible.

Aquí podéis ver un vídeo de la introducción del juego original, donde se muestra sus influencias.



El segundo videojuego el virus se expandía por la ciudad y sus habitantes se convertían en zombis. En este juego, por eso, la trama sucedía todo por la comisaria de la ciudad. Similar a la continuación de La noche de los muertos vivientes, pero que era en un centro comercial.



Os dejo al anuncio comercial que dirigió Romero para el juego… ¿Qué hubiera pasado si él hubiera hecho la versión cinematográfica de Resident Evil? Nunca lo sabremos, que lastima.



La tercera parte se desarrollaba por toda la ciudad y sucedía 24 horas antes del segundo juego. Aquí ya había un pequeño cambio en la saga y es que introducía un poco más de acción que en las anteriores pero aún mantenía la esencia clásica. La secuencia inicial  del juego recuerda mucho al inicio de El día de los muertos vivientes: la policía local y los militares intentando contener la infección e invasión zombi.



Así pues, entramos en el siglo XXI y, para mí, el subgénero sufrió un cambio agridulce: se expandió, comercializó más y se volvió en un fenómeno de masas convirtiéndose en su propio género, pero creo que perdió fuerza, mucha, por este tipo de mutaciones.

Los zombis han invadido multitud de medios y en tipos de narración: videojuegos, películas, libros, cómics y series de televisión. Un éxito.

Aunque se popularizará el género, obviamente no pasaba por su mejor momento, los muertos vivientes ya no dan miedo y la mayoría de productos han optado más por la acción y el gore (que no está nada mal, pero llega un punto que cansa).

Como he dicho, Alone in the Dark inició el género del survival horror, pero Resident Evil lo considero la madre de todos los juegos de terror contemporáneo. Obviamente también tuvo un cambio de registro muy claro que empezó en la tercera parte (Némesis) y continuaría con Resident Evil Code: Veronica X (2000), muy buen juego, por cierto, y que se consolidaría con la siguiente parte numerada, Resident Evil 4 (2005). Los zombis desaparecerían para dar pasa a los “infectados” y a la acción, cambiando los cánones a algo más similar a un action horror. Este ciclo se cerraría con la Resident Evil 5 (2009) intentando poner punto y final a la saga. Pero la gente quería más y mejor, así pues nos brindaron Resident Evil 6 (2012) denominándolo dramatic horror una mezcla entre acción y survivial horror.



No quiero ni hablar de Resident Evil Operation Raccoon City (2012), gracias. ^^

El gore y la acción inundaron las consolas y los PC en las franquicias de los videojuegos de zombis, como es el caso de Dead Rising (2006), un homenaje 100% al cine de Romero. El juego transcurre en un centro comercial y durante 72 horas debemos sobrevivir ante una horda de zombis y salvar a los supervivientes.


Con Dead Rising 2 (2010) la trama nos situaba varios años después de los acontecimientos del primero. Esta vez el juego trascurría en Las Vegas y deberíamos buscar una cura para nuestra hija para que nos convierta en un zombi.

Realmente una saga que es bastante entretenida.

Estaba claro que el impacto de los videojuegos era muy grande, todo es mucho más directo, se busca el terror con contemplaciones y la acción directa. Este fue los motivos por los cuales los videojuegos Left4Dead (2008) y Left4Dead 2 (2009), un obra interactiva llena de sangre, acción y gore al estilo clásico. Hay distintas fases protagonizada por cuatro personajes (3 chicos y 1 chica) que han de conseguir llegar con vida cooperando entre ellos hasta el vehículo de emergencia antes de que se largue sin ellos.



Para terminar con este breve repaso de los zombis en los videojuegos quiero mencionar una obra clave como el simpático y estratégico Plantas contra Zombis (2009).

Era de esperar que los zombis saltaran a otros tipos de videojuegos, como fue en el caso de Call Of Duty y su Modo Zombie que se incorporaría en World At War (2008), en que debemos sobrevivir a diferentes rondas mientras detenemos el asalto de los muertos, que continuaría en Black Ops (2010), con diferentes expansiones como el divertido Call of The Dead (2011) y Labs Rezurrection (2011), y Black Ops II (2012), pero con nuevas formas de juegos: Tranzit, una campaña con cuatro jugadores en un mundo grande y explorable (muy similar a Left4Dead), y Grief, dónde dos equipos se enfrentan en una batalla por sobrevivir a oleadas de zombis.



Realmente creo que el hecho de añadir zombis a los juegos ayuda a ampliar las horas que pasaras viciándote (y en cierta manera, al menos yo, siento que he invertido bien el dinero) y más aún si tienen una buena campaña e historia. Este es el caso de Red Dead Redemption (2010) y su DLC Undead Nightmare (2010).



Aunque este tipo de juegos vayan cambiando y evolucionando, para mí siempre me quedará el gran recuerdo y origen de los videojuegos de zombis la escena del primer zombi de la saga de Resident Evil, que gira lentamente hacia nosotros mientras devora a nuestro compañero.

Ahora, por lo que se refiere a las películas llegó sobre todo el nuevo lenguaje de un sub-género denominado fast-zombie. Este merito se le otorga a Danny Boyle con 28 días después (2002), básicamente un film sin zombis (pero con una similitud considerable) y con una influencia muy grande para el género. De aquí surgirían los “infectados”.

Esto cultivo el cine zombi, ya que pues muchas veces los zombis son secuelas de una infección por culpa del gobierno o experimentos fallidos. De esta manera se realizarían remakes como Infectados (2009) o The Crazies (2010).

Boyle básicamente popularizó un género ya realizado en el libro El díade los trífidos (1951) y el film La invasiónde los zombies atómicos (1980) antes que las influencias de los films de Romero. Pero, obviamente es un film clave ya que nos sitúa en un punto de inflexión en los zombis pues se asumiría como modelo a seguir en las cintas posteriores.

Fue un cambio grande, pues como se modificaron las características y configuración de los muertos vivientes, su lentitud, ya no eran necesarios planos lentos y pausados con panorámicas previas al ataque, los zombis ya no dan miedo, este tipo de tensión se anula al poder correr, por lo tanto su papel delante de la cámara ha de cambiar. La profundidad de campo es variada, solo distinguimos siluetas sin ver gran cosa, antes el zombi era perfectamente encuadrado y definido en el plano. También aumenta el uso de efectos de sonido de movimiento y volumen alto, no es necesario enseñar el aspecto del monstruo para generar tensión, su silueta ya lo hacía por si sola. Los momentos más movidos se convertían en acción filmada de forma sucia y con más movimiento con cámara “al hombro” i no tan fija, remarcando primeros planos y detalle. Y, obviamente, cambió la figura del zombi alejándolo completamente de su estado esquelético y putrefacto a seres más bien con ojos rojos desorbitados y con la boca manchada de sangre.

Todo esto fue una gran influencia al cine de zombis hasta la fecha, incluso en películas como la española [REC] (2007) por Jaume Balagueró y Paco Plaza (lástima que en sus continuaciones pasaran de ser infectados/zombis a posesiones demoniacas, un fiasco) o la francesa La horda (2009).


Aunque, para mí, el claro ejemplo de cine fast-zombi es la secuela del film de Boyle que realizó Juan Carlos Fresnadillo, 28 semanas después (2007). Aquí podemos ver claramente la estética sucia y la amenaza continua de los “muertos”.

Las películas de zombis empezaron a salir por todos los lados desde homenajes al género de serie B de la década de los 70, con Planet Terror (2007) de Robert Rodriguez, hasta remakes muy pobres como el caso de Day of the Dead (2008). Por supuesto, no puedo olvidar las películas basadas en la saga Resident Evil (2002, 2004, 2007, 2010, 2012), adaptaciones realizadas la mayoría por Paul W.S. Anderson (no todas como director). La calidad del resultado era más que dudosa y con desiguales resultados. Solo el primer film parece interesante y con un estilo a la serie B del género, todo lo demás un insulto a la franquicia. Pero si me gustaría resaltar las películas realizadas en animación en 3D Resident Evil: Degeneración (2008) y Resident Evil: La Maldición (2012), muchos más interesantes, atractivas y fieles a la saga.


Me hubiera gustado saber cómo sería el film de Resident Evil por George A. Romero que llegó a escribir y a punto de dirigirlo. [Si clicáis aquí tenéis la copia del guión].

Obviamente, obviamente también se reactivaron las parodias del género, en las que hay que destacar Zombies Party (2004), un homenaje por eso más directo a las películas de Romero. También hay que mencionar la película Bienvenidos a Zombieland (2009), con una introducción al film increíble.



Hay proyectos aún más curiosos como la adaptación del manga Tokyo Zombie (2005), la peculiar salida de vueltas Poultrygeist: Night of the Chicken Dead (2006), la pobre Zombie Strippers (2008) o la cubana Juan de los Muertos (2011). Una idea original que se intentó llevar a cabo y prometía fue Zombis Nazis (2009), una especie de remake paródico, pero con más humor negro, al argumento de Shock Waves (1977). Resultado, para mi gusto: un intento fallido.

 
Una película que me gusta mucho al estilo splatstick en los muertos vivientes es la película Doghouse (2009) de Jake West, en que el virus solo afecta a las mujeres. El film tiene guiños muy buenos  con un gore muy divertido y toques cínicos interesantes a las relaciones de pareja y guerra de sexos.



Y por último y no menos importante, de hecho yo la considero, de momento, el mejor film de zombis moderno, Amanecer de los muertos (2004) de Zack Snyder. Un remake de Dawn of the Dead de Romero. Una película bastante violenta muy bien dirigida, entretenida y con buen sentido del humor en ciertas ocasiones. Hace falta destacar los títulos de inicio con la canción The man comes around de Jhonny Cash.



Por si con todo lo que había era poco, los zombis saltaron a las páginas. Max Brooks escribió el libro de Guerra Mundial Z: Una historia oral de la guerra zombi (2006, aunque en España se publicó el 2008). El libro es un conjunto de entrevistas de los supervivientes de la guerra des de la aparición del primer infectado hasta el final de la guerra. Este libro supone una especie de continuación del libro Zombi – Guía de supervivencia (2003, también publicado en España el 2008), básicamente un manual para poder sobrevivir a una posible invasión zombi.

Hay que decir por eso que ya se podían encontrar libros y comics de zombis basados en el videojuego de Resdient Evil. Pero los libros de Max Brooks han supuesto un gran éxito en todo este mundo de los zombis y los adictos a estos monstruos que protagonizará Brad Pitt. En teoría se estrenará en Agosta del 2013. Y, realmente, después de ver el tráiler tengo muchísimas ganas de verla. (=



De las páginas de los libros pasamos a las viñetas de los cómics de The Walking Dead (2003, España en 2005) de Robert Kirkman.

Los finales son difíciles. Pero, ¿realmente hay algo que termina? Esta es con la idea que Kirkman empieza esta historia. El autor no se molesta en explicarnos los orígenes de cómo llegó la muerte, lo hemos visto muchas veces y de muchas maneras. No se preocupa de explicarnos el origen de estos muertos vivientes, ni de explicarnos ningún final, porque no lo hay, no es lo que importa. Lo único que importa es el camino que queda por recorrer, un camino que nunca acaba y sus caminantes: vivos y muertos. Nos narran la historia de supervivencia de una desmoronada civilización ante una sociedad zombi, en la que a veces el verdadero temor son los vivos. Una guerra entre dos mundos condenados a no entenderse donde los zombis han ganado la partida a la humanidad entera.

Y esto es lo que ha hecho, principalmente, grande a esta historia.


Para la historia de estos comics se inspiran directamente en el legado de Romero: La lentitud de los zombis, su aspecto putrefacto, el uso del blanco y negro y la profundidad social y emocional de los personajes. En resumen, un mundo post-apocalíptico sucio y basto con el temor de la figura del skeleton zombie, eliminando a los infectados fast zombie y/o posesiones demoniacas ya muy gastadas y poco originales.


Obviamente la adaptación de este cómic ya era de esperar que tarde o temprano se haría. Así pues fue en 2010 de la mano de Frank Darabont. Y está siendo un éxito.
 
La adaptación del cómic de Robert Kirkman sigue sus propios pasos con algunas similitudes, creando de esta manera un producto propio. Al ser dos tipos de narración distintas no se pueden comparar, pero AMC está haciendo un gran trabajo. Tenemos una serie de zombis que emociona y conmueve. Una serie de zombis, a veces, sin zombis. Hay capítulos que los zombis son meramente anecdóticos, centrándose en lo que realmente importa: los personajes y su evolución en estas condiciones extremas.

El pasado 14 de octubre, coincidiendo con el final del festival de Sitges, llegó la tercera temporada de The Walking Dead. Este nuevo comienzo ha empezado por todo lo alto, cumpliendo con las expectativas que dejó el cierre de la temporada anterior: acción, drama, zombis y sangre, otra vez con Ernest Dickerson en la dirección y Glen Mazzara en el guión.

Como he dicho, nada realmente termina, es posible que el protagonista de la serie, Rick, muera, pero no por eso significa que deba terminar, el camino sigue. Pero este texto sí que tiene final.
Hasta aquí os he explicado cómo ha llegado a formarse esta sociedad zombi y como el subgénero de serie B de los 70-80 ha terminado por convertirse en un género por sí solo. Ahora solo falta a esperar a ver cómo sigue este camino…

De momento, con la adaptación del cómic al videojuego dell género de aventura, que no tiene mala pinta. ;)


Gracias por leerme y ¡comentad!
=)
Yippee Ki Yay Motherfucker