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domingo, 8 de enero de 2012

Y.. una cosa que nunca he hecho...

 Hoy me he animado a dejaros escrito aquí un texto que tengo en mi posesión hace varios añitos y que nadie ha leido. Es un texto que forma parte de una serie de relatos que los englobo en un manuscrito titulado: El ego de un elefante.

Nada más, espero que os guste! ^^
(no he cuidado ni la ortografia ni la gramatica, no suelo hacerlo muhco, escribo lo que me sale y como sale, creo que nunco la he tenido mucho en cuanto pero, como dudo mucho que alguien se detenga más de 5 min. a leer esto.. pues NADA).

EL EGO DE UN ELEFANTE
(parte i)

“Las mujeres no quieren que las entiendan, sino que las amen”.
-A Good Woman-


No se quien es… No se como se llama…
Un concierto eléctrico se reproduce en mi boca al besarla, sus labios dejan en mí el sabor de una ‘voll’.

No se que hora es… No recuerdo bien donde estoy…
Me agarra, me abraza, me aprieta fuerte como si nunca me fuera a soltar. Noto sus redondos y perfectos pechos en mí.
Se pone de puntillas y sus labios vuelven a tocar los míos.
Mientras me besa suena la canción “Heart Shaped Box” de Nirvana. Este beso es más largo y delicioso que el otro.

Me mira, la miro. Con mi mano derecha le pongo el pelo detrás de la oreja. Me sonríe y pone su oreja contra mi pecho como si quisiera escuchar mi corazón. Todo indica que no quiere dejarme marchar.
Entierro mi nariz en sus rizos. Su pelo es rojo como el fuego y radiante como el sol. Desprende un agradable olor que haría estremecer a cualquiera.

No se que hago allí… No se que hace ella conmigo…
Su piel es pálida y pecosa que evoca a la lujuria de una ola que rompe en la playa. Es perfecta.

Me coge de la mano y me lleva hacia la barra. Con la mano indica dos. El camarero trae dos doble malta. Ella le da un billete de diez euros. Paga por mí…
Me da la cerveza. Se acerca a mí, se pone otra vez de puntillas y me susurra al odio que me desea. No entiendo, no se que decir, me callo. Ella se lleva su botella fría a los labios y da un trago ‘muy sensual’, recuerdo. No hay nada más sexy que una mujer bebiendo cerveza.

Recorre mis labios con su dedo y me besa. Otra vez sus labios tocan los míos dejándome de nuevo el sabor a ‘voll’. Me besa en el cuello y me lame la mejilla izquierda…

No se que hora es… No se que hace ella conmigo…
Me mira a los ojos. Se marcha bebiendo su doble malta. Yo no hago nada, me quedo quieto mirando como se aleja. La miro centímetro a centímetro… Sus curvas sinuosas…
Es perfecta.
Se gira, me mira y me guiña el ojo derecho. Me llevo mi doble malta a los labios y bebo.

No se quien es… No se como se llama…
¿Pero acaso eso importa?



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EL EGO DE UN ELEFANTE by Riccardo Di Natale is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.



Riccardo Di Natale
Yippee Ki Yay Motherfucker

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