portada

portada

sábado, 2 de febrero de 2013

I count six shots...



Hola a tod@s,

Por fin Tarantino ha vuelto con su nueva película. No me considero un fanático de su cine, ni tampoco un fan ciego que ve una obra maestra en cada película que hace. Eso sí, su estilo me gusta mucho y es uno con los que más me identifico. Me encanta, eso no lo voy a negar. 

Tenía muchas ganas de ver esta película, pues llevaba mucho tiempo esperando que hiciera un western, muchísimas, y más teniendo en cuenta lo que los spaguetti western es el género que más le ha influenciado en su filmografía. 



A partir de ahora hablaré de la película abiertamente, mi texto viaja entre crítica y reseña: así que si no habéis visto el film no sigáis leyendo, pues os comeréis unos cuentos spoilers. Avisados quedáis.

Si tomamos como punto de partida su anterior film, Inglourious Basterds (2009), considerada por muchos, entre los que me incluyo, una obra maestra (10/10), a Django Unchained habrá que darle tratamiento parejo, pues son muy parecidas en concepto y estructura: son similares y con muchos paralelismos entre ambas películas. He de decir que considero mejor el primer film, aunque el segundo esta como mucho un escalón por debajo (o dos). Lo que una vez funcionó a la perfección sí que puede volver a funcionar, pero ya está visto.

Para empezar, ambas se inspiran y toman como fuente una película de género italiana. Aunque Tarantino no crea ni versiones ni remakes, simplemente coge el género y lo lleva a su nivel, lo reformula a su estilo. Primero fue un macaroni combat, una película de Enzo G. Castellari, Quel maledetto treno blindato (1978) y, ahora un spaguetti western, Django (1966), de Sergio Corbucci.




















Ambas películas tratan temas históricos claves para poder criticarlos. La primera se centra en la segunda guerra mundial, en el nazismo (y las pequeñas pinceladas de racismo que eso conlleva) y esta nueva cinta reescribe la historia del esclavismo en Estados Unidos: tratando duramente y criticando hasta al ridículo e histórico racismo americano.

Una vez definido el contexto, ya tenemos escenario para explicar un tema mítico de Tarantino: la venganza. En Malditos Bastardos imaginaba a un grupo de judíos tomándose la justicia contra los nazis con espíritu sanguinario. En Django Desencadenado un dúo formado por un dentista alemán y eslavo negro liberado viaja por Texas como caza recompensas y liberar a la mujer Django de las manos de un esclavista dueño de una planta de algodón. En los dos films la venganza es una broma a la que Tarantino le añade violencia pop y litros de kétchup (en esta última muchos más).

Las dos películas llegan a ser magistrales en su inicio. Nos presentan, básicamente, lo que será el punto central del argumento. Y personalmente creo que esto también lo consigue gracias a la presencia de Christoph Waltz, haciendo un papel muy similar en ambas. A partir de aquí el director ya perfila el tono que luego llevará al extremo, para mí, con desigual fortuna que los bastardos.


En ambas no parece importar demasiado la trama, entendida como una unidad argumental, sino esos bloques con sus largas secuencias que podrían tratarse cada parte como un cortometraje independiente, presididas, eso que nunca falte, por una potencia verbal increíble, y con un tramo final espectacular. Aunque Django es un film más simple en ese aspecto.

Y remarcar simplemente el detalle de la similitud de los carteles, que realmente me han gustado mucho ambos.




















Que Quentin Tarantino se acercarse al género del western era cuestión de tiempo. Y yo como un fan que me considero del género de géneros opte por la opción de ver el film con el mayor escepticismo posible. Y creo que ha sido una buena opción (aunque a veces mi fanatismo por el género podía conmigo) para poder disfrutar perfectamente del film y poder valorarlo bien pese a las limitaciones que posee.

Para empezar bien todo quiero remarcar que de western este film solo tiene la ambientación, nada más. Eso fue uno de los puntos que más me fallaron. Utiliza la estética y ambientación western para explicar su historia y se acabó. Obviamente tiene algunas referencias al western, pero se podría decir tranquilamente que Kill Bill Vol. 2 (2004) y Malditos Bastardos se alimentan más del western que Django. Una lástima la verdad, podría haber sido su mejor película para mi gusto.

Hay, por supuesto, guiños al spaguetti western: empezando por la acción que los caracterizaba, pero aquí desmesurada por el director de forma verbal y explicita, marca ya de la casa; los zooms descomunales, inmersión en el género del cine italiano de los años 60 y 70; la música, (que más a delante hablaré, porqué tiene telita) con temas de Morricone y el uso del tema central de la película original, por Luis Bacalov, que le da una introducción al film increíble.


También hay que decir que aunque la película lleve el nombre de Django en su título, nada tiene que ver con la película original de Sergio Corbucci de 1966. Ni siquiera sus tramas se parecen. No es un remake, simplemente un ejercicio de nostalgia. Especial mención a la aparición de Franco Nero a modo de homenaje al citado film.



Pero también hay referencias al western americano, por ejemplo la escena en Waltz y Jamie Foxx en que se toman relajadamente unas cervezas a la espera de la llegada del sheriff: seguramente es un homenaje a Dos cabalgan juntos (1961) de John Ford

Hay algunas otras referencias al género y algún easter egg por llamarlo de alguna manera, en otra entrada prometo explicarlos más detalladamente.

Como he dicho, el film cuenta con un gran principio. Es una buena manera de empezar una buena película y que enganche al espectador desde el principio. Pero, para mí, cuanto más va avanzando, a veces, perdía bastante el interés: parecía que la trama daba vueltas para poder estirarse un poco más. Alarga innecesariamente muchas de las situaciones de la película.

Creo que la cinta falla por su división en bloques, donde Tarantino libera su estilo en exceso, siendo incapaz de contener el excesivo metraje del film: creando un ritmo irregular en el que se desarrolla la acción. Son tres las partes en las que se podría dividir la película: La liberación y adiestramiento de Django, la infiltración en la plantación de Candie y el final. Las dos primeras partes me encantaron: a destacar sobre todo la divertida y enorme crítica/burla de un Ku Klux Klan que empieza a formarse. Sin duda la parte más divertida del film, no podía parar de reír.


Y entonces, el film, debería llegar al final, pero creo que comete el error en el clímax de no finalizar la película en la parte protagonizada por el papelón de Leonardo Di Caprio (donde para mí nos brinda uno de los mejores papeles que ha hecho nunca) junto con Christoph Waltz. Un escena impecable y llena de tensión, que con el tiroteo que le seguía ya teníamos el gran final, pero lo convierte en anticlímax.


Entonces el final va cuesta abajo, un desenlace de media hora en la que hace acto de presencia el mismo director y donde nos demuestra que lo suyo no es actuar. El interés decae alargándolo innecesariamente y de forma redundante, así da la sensación como si no supiera qué hacer con su película

Y aquí está, aunque Tarantino haya vuelto a hacer una película por bloques, esta vez el equilibrio no lo acaba de encontrar. Haber, ya en Malditos Bastardos es posible que tuviera algunas desigualdades evidentes, pero la brillantez de las escenas (sobre todo la del bar, mi preferida), las secuencias y el buen trabajo de todo su reparto la convertían en un gran película. Ahora, a Django Desencadenado la podemos incluir en la misma categoría, pero  situándola al menos un escalón por debajo, pues la trama principal creo que no engancha al espectador del todo.



Sin lugar a dudas ha creado una de sus mejores películas, pero tal vez no llega a la redondez como seria Pulp Fiction (1994), o por ejemplo Kill Bill (2003-2004). Esta película tiene muchas cosas buenas. A pesar de lo estirado que está el film en muchos de sus pasajes, una duración final de 2 horas y 45 minutos (y se habla de una versión extendida para su comercialización), es muy disfrutable y logra entretener durante todo el film. No se hace pesada. Además, seguramente es la película más divertida que ha hecha hasta la fecha. Habrá momentos para reír por lo que es cómico, reír por el humor más o menos negro, o reír de pura emoción por la violencia innecesaria y gratuita.

La película, como es típico en Tarantino, consigue llenarnos de tensión, como se dice: A la calma que precede a la tormenta. ¿Y eso como lo logra? Con los tensos diálogos entre villanos y protagonistas. A parte del guión y los personajes creados eso también lo consigue gracias a los actores. Unos actorazos.

Pero, aquí también he de decir, como fallo, que el protagonista es el peor de todos: Django tiene muy poco gancho, sólo produce indiferencia. Y eso, con un protagonista no puede pasar, es necesaria la implicación emocional del espectador con la venganza personal de Django, y eso con los actores secundarios no llega a pasar: Christoph Waltz y Di Caprio son tan carismáticos que llenan la pantalla con tan solo su mera presencia.





El personaje de Jamie Foxx me resulta más atractivo cuando finge ser quien no es: un negrero negro. Aunque Samuel L. Jackson se lo come con patatas, además nos brinda un personaje muy divertido y crucial en la película. Aunque me hubiera gustado mucho verla en versión original, el doblaje no está nada mal, pero el de la sociedad negra es bastante cutre.


Obviamente, la violencia es un factor clave en Django Desencadenado, ya que también estamos hablando del “salvaje oeste” y a veces nos encontramos con muchos más homicidios que en un slasher , y por supuesto el uso de la sangre, dándole un toque gore muy bueno. Bueno características típicas en los films de Tarantino. Pero esta vez, la sangre por los disparos es increíble, como si de un film oriental se tratara. Espectacular. 


Pero no solo en los tiroteos, también la muestra en su forma más cruda a Di Caprio, como por ejemplo  la pelea de mandingos que sirve para introducir su personaje en la acción. A parte de la utilización del lenguaje, como el polémico uso de la palabra “nigga”, utilizada en incontables y despectivas ocasiones, similar a los films anteriores con la palabra “fuck”.


Para acabar quiero hablar sobre la banda sonora, que en algunos momentos me hizo decir “WTF?”, es muy diversa, muy sorprendente en ocasiones. Una banda sonora mucho más apropiada para la época, pero rompiendo un poco los moldes con algo de Hip Hop. Es la primera película que veo que siendo un western no quede mal con Hip Hop. Solo faltaba que dispararan simulando una ventanilla con caballos de suspensión.

Eso sí, se me hizo raro, ya que me hubiera gustado más western. A destacar el tema compuesto por Morricone y cantado por Elisa Toffoli: "Ancora Qui". Me encantó. La que más me gustó de la película, y muy simbólica.


Un de las pegas más grandes que le doy es que el western de Tarantino es menos spaguetti de lo que me hubiera gustado. Está más próximo a una nueva versión de la blaxploitation, como hizo con Jackie Brown (1997), más que un estilo bastardo de Sergio Leone. Otro nuevo remix y mashup como lo es Kill Bill, pero esta vez del oeste. Una lástima. Lo que está claro es que Quentin Tarantino hace la película que le viene en gana. Y no me mal interpretéis, tiene mucho mérito poder hacer eso.

La película me gusta mucho, pero no me sorprendió, no cumplió del todo mis expectativas, no vi nada nuevo. Más de lo mismo, más Tarantino. Una fórmula que funciona, pero que no impresiona ya. Eso sí, se la recomiendo a todo el mundo: disfrutaran mucho del cine y un buen film. Por mi parte tendrá compra asegurada. :D

Ahora solo falta a esperar a sus siguientes películas y a Kill Bill Vol.3, a ver qué pasa.











Muchas gracias por leerme y comentad: a ver que os ha parecido la nueva película de Tarantino.

¡Saludos!
Yippee Ki Yay Motherfucker.

No hay comentarios:

Publicar un comentario